Mural enmarcado dentro del proyecto “Viladomar, máis alá dos muros” en Rianxo (A Coruña)

El muro que fue intervenido está ubicado en un lugar conocido por todos los vecinos como “O Xogo dos Bolos” o en castellano, “El Juego de los Bolos”. El nombre viene dado porque antiguamente, en el prado que hay en ese cruce se hacían festejos que giraban todos en torno al juego de los bolos, pero de los bolos celtas. Hoy en día todavía existen lugares donde se juega a este juego tradicional. El juego consta de 18 bolos de madera de unos 15cm que se colocan al borde de una piedra inclinada llamada piedra de brilar, se lanza la pelota que también es de madera para tirar el mayor número de bolos y a la mayor distancia ya que según el lugar donde caigan los bolos se puntúa diferente. Antes se estilaba competir entre parroquias y se acordaba el número de jugadas previamente. En torno al juego siempre se formaba ambiente festivo de baile y comilona.
En ese prado hay un caballo que los vecinos recuerdan desde siempre. Por ello lo he retratado como observador de todo lo que allí ocurre encabezando la composición. A través de viñetas se puede apreciar un hilo narrativo donde los bolos celtas sufren un proceso de transformación volando por los aires y poco a poco transformándose en seres danzantes representando así ese ambiente festivo que antiguamente se creaba en ese lugar.

Fotografía de Anxo Resúa