O Rostro Anamórfico
Acrílico sobre cartón
Acrílico sobre cartón
Este es el proceso y transformación que sufrió mi Trabajo Fin de Grado en Bellas Artes.
Se puede observar la progresión pieza tras pieza hasta llegar a las más complejas y definitivas.
En primer lugar, debo mencionar los esquemas visuales que todos tenemos asimilados y con los que construimos nuestra realidad. Mi trabajo lo que hace es una pregunta: ¿qué pasaría si alteramos eses esquemas visuales?, ¿la realidad seguiría teniendo sentido o lo perdería por completo?
Todos tenemos ciertos convencionalismos visuales que vienen dados por la experiencia de ver el mundo. La ilusión consiste en la convicción de que sólo hay unha manera de interpretar el esquema visual que se nos presenta. Nos aferramos a esa imagen y estamos ciegos ante las demás posibilidades. Esto mismo se pone de manifiesto en las imagenes imposibles que se crean en mis composicións cuando nos desplazamos y dejamos atrás lo que sería la visión correcta, la norma. Simplemente no podemos concebir esas formas en el universo de nuestra experiencia por ser tan inverosímiles.
La conexión de diferentes puntos de vista de un rostro aporta riqueza a la pieza y complejidad en su percepción. Cabe mencionar la relación que existe con el planteamiento de la pintura cubista. En los retratos cubistas intentaban relacionar varias vistas planas dentro de una misma superficie bidimensional. Cuando el espectador observa el frontal se encuentra siempre con algún obstáculo que lo obliga a cambiar su forma de ver y de repente da con un perfil. Vuelve a encontrarse con otra barrera y pasa a ver el frontal de nuevo. En el caso de mis piezas pasa algo similar porque mantienen eses juegos de barreras que obligan al espectador a cambiar la forma de ver. Lo que cambio con respecto a los cubistas es que esto lo plasmo en una superficie tridimensional en lugar de bidimensional obligando al público a diseñarse un recorrido en torno a la pieza descubriendo nuevas facetas, puntos de vista y perspectivas que a priori no son posibles. Esto es una característica importante ya que en el cubismo el espectador permanece estático mirando frontalmente al cuadro mientras que en este caso el espectador se mueve. Se ve obligado a recorrer la pieza para comprender la imagen.