Verde Radiactivo
Óleo sobre tabla – 100x80cm.
Óleo sobre tabla – 100x80cm.
Lobo radiactivo de Chernobyl
Tras el accidente de Chernóbil, en abril de 1986, más de cien mil personas fueron evacuadas de lo que se llamó “zona de exclusión”: un área de 30 kilómetros de radio alrededor del reactor nuclear en el que se produjo la explosión. Este lugar supone ahora un perfecto laboratorio que permite analizar, en condiciones naturales, cómo afecta la radiactividad a los organismos vivos, y también la capacidad de recuperación de las especies tras la perturbación, característica que en términos ecológicos se denomina resiliencia. El último trabajo, que se publica en la revista científica Current Biology, revela que, casi tres décadas después del accidente, las abundancias relativas de alces, corzos, ciervos y jabalíes son similares a las encontradas en otras reservas naturales sin contaminar existentes en la zona. En especial, la densidad de población de lobos grises llegó a superar siete veces la de otras reservas de los alrededores, alcanzando un límite en la proporción de depredadores grandes que pueden habitar un mismo lugar. Estes lobos contienen radiactividad en sus organismos y son más agresivos de lo habitual.
El Bosque Rojo se refiere a los árboles ubicados en unos 10 km² en los alrededores de la central nuclear de Chernóbil. El nombre ‘Bosque Rojo’ viene del color rojizo y amarillento de los pinos que murieron tras absorber una intensa dosis de radiación. En este lugar, la flora y fauna han sido muy afectadas por la contaminación radioactiva que siguió el accidente. Parece que la biodiversidad del Bosque Rojo ha aumentado en los años después del desastre.
Se trata de una de las áreas más contaminadas del mundo sin embargo, se ha demostrado que es un hábitat muy fértil para muchas especies en peligro de extinción. La evacuación de la zona cercana al reactor nuclear ha creado una reserva natural rica y única.